En los últimos años, hemos presenciado un aumento en la esperanza de vida promedio de los caballos. Este aumento se debe en parte al abandono del caballo como animal de trabajo y a su creciente uso en el deporte y el ocio, así como a una mejor atención médica y a un mayor conocimiento general de la especie.
Con este aumento de edad, han surgido nuevos desafíos, en particular, el mantenimiento de una condición corporal adecuada. Existen varios factores que influyen en el mantenimiento de una condición corporal óptima en los caballos mayores.
Eficiencia digestiva
En general, los caballos mayores muestran una disminución en la eficiencia digestiva.
La capacidad de absorber nutrientes está limitada por los cambios relacionados con la edad en el epitelio intestinal, lo que reduce el paso de nutrientes al torrente sanguíneo.
La producción de la enzima amilasa, esencial para la digestión del almidón, también se reduce. Esto dificulta la digestión prececal del almidón, aumentando la probabilidad de que este llegue al intestino grueso y pudiendo causar acidosis intestinal, lo que aumenta la propensión del caballo a cólicos y laminitis.
La digestión y absorción de proteínas también se ven particularmente comprometidas en los caballos mayores, lo que contribuye a la pérdida muscular.
Por estas razones, un suplemento gástrico y/o un alimento concentrado sin cereales pueden ayudar a apoyar o complementar la dieta del caballo senior.
Mala dentición
El desgaste y/o pérdida de dientes asociado con la edad afecta negativamente el agarre, la masticación y la salivación.
La masticación y salivación inadecuadas provocan que partículas de alimento de mayor tamaño entren en el tracto intestinal, lo que dificulta la acción de las enzimas digestivas y la microbiota, comprometiendo la eficiencia digestiva.
Los alimentos complementarios y concentrados a base de forrajes pueden apoyar o complementar la dieta de los caballos mayores.
Estrés / Enfermedad
Los factores de estrés, como la temperatura, pueden tener un impacto significativo en los caballos mayores.
El clima frío es particularmente desafiante, ya que los mecanismos internos para la producción de calor, como la fermentación de la fibra en el intestino grueso, pueden verse limitados. Las bajas temperaturas también pueden reducir la ingesta de agua, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y las complicaciones asociadas.
Los cambios en el manejo también pueden afectar la condición corporal. Por ejemplo, durante la transición a un sistema de participación grupal, las jerarquías sociales pueden limitar el acceso al alimento.
La pérdida de peso crónica y la consiguiente disminución de la condición corporal también pueden estar relacionadas con estados de enfermedad y/o dolor crónico.
Enfermedades infecciosas, artritis, trastornos renales, condiciones alérgicas o neoplásicas, entre otras, pueden explicar la pérdida de peso persistente.
